El genocidio armeno


Les presentamos un nuevo programa de “Tras las Huellas del Nazareno”, la serie de la Fundación EUK Mamie-HM Televisión, que nos presenta – a través de testigos cualificados- la realidad de persecución que sufren numerosos cristianos en muchas partes del mundo.

En esta ocasión, volvemos nuestra mirada hacia Armenia, hacia el pueblo que ha sido llamado – con razón- “el pueblo que cree en la cruz”. Hablamos con Mons. Raphael F. Minassian, obispo armenio-católico de Ereván (Armenia). De su mano conoceremos la historia y la heroica fe del pueblo armenio, especialmente probada durante el “Metz Yeghérn” -el “Gran Mal”- como ellos denominan al genocidio que acabo con la vida de, al menos, un millón y medio de cristianos armenios. Mons. Minassian nos explicará las causas del genocidio (raciales, ideológicas y -sobre todo- religiosas), y sus terribles consecuencias, no solo para el pueblo armenio, sino para la humanidad entera, porque –segura Mons. Raphael F. Minassian: “Si el genocidio armenio hubiera sido castigado, creo que el genocidio de los judíos no hubiera sucedido”. Entre otras muchas cosas, el Obispo de Ereván clarificará también la posición de Armenia en el conflicto de Nagorno-Karabaj.


Mons. Raphael Minassian, Obispo armenio-católico en Ereván (Armenia), es un hombre valiente y es un hombre de fe. Ha sido secuestrado varias veces, una durante la Guerra del Líbano, otra por un grupo armado palestino. Salvó la vida de milagro en una y otra ocasión, como describe en la entrevista. No quiere hablar mucho sobre sí mismo, pero los pocos datos que nos ofrece nos hablan de un pastor generoso y entregado a sus comunidades cristianas. Recién ordenado sacerdote, vivió diecisiete años en el Líbano, y toda la guerra en este país: “Viví con más de 400 personas debajo de las iglesias, durante muchos años. Sirviéndoles, protegiéndoles y asistiéndoles en todo lo que entonces necesitaban”. Tras la guerra del Libano, Mons Raphael sirvió durante catorce años a la comunidad armena en EEUU. Ahora, continúa sirviendo a los fieles de la Iglesia católica-armenia en Ereván (Armenia).

Mons. Minassian 1
Le pedimos a Mons. Raphael que nos hable de Armenia: “Armenia es el primer país que estableció la fe católica como religión del estado. Fue en el 301, treinta y cinco años antes que lo hiciera el Imperio Romano. Básicamente, han sufrido persecución por su fe y religión en cada siglo. Acogieron la fe en el 301, y tuvieron la primera guerra contra la fe en el 451”. En Armenia, el 98.99% de la población es cristiana. El obispo atestigua: “Uno disfruta  de la vida en Erevén, cuando ves que en los días de fiesta todo está cerrado: no hay nada abierto. Honran el día del Señor. Eso ya no se ve en Europa, ni en el Medio Oriente o en otros países. Lo ves en Armenia”.

Pero Armenia, ha sufrido mucho por su fe, hasta el punto de poder ser denominado “el pueblo marcado por la cruz”. En el año 1915 se abalanzó sobre ella aquello que se ha llamado el “Metz Yeghérn”, el “Gran Mal”: un genocidio en el que murieron, a manos de los turcos, al menos un millón y medio de armenios, aunque los historiadores sospechan que seguramente fueron muchos más. Fueron asesinados también otros 15.000 sirios y griegos. Las causas del genocidio fueron raciales, ideológicas y -sobre todo- religiosas. El genocidio fue fríamente calculado por el gobierno de los Jóvenes Turcos: los armenios no era de raza turca, no eran tampoco musulmanes. La creación de la “Turquía moderna” exigía su exterminio. Mons. Raphael explica: “Fue organizado en 1915 por el Imperio Otomano, los turcos, y fue en contra de todos los que no eran turcos: los armenios, los sirios, y los griegos. (…) Desde el punto de vista de la política, la mentalidad era el panturquismo, es decir, tenían que ser eliminados todos los que no fuesen de origen turco. Pero a la vez sabemos, porque los armenios entonces ocupaban en ese imperio los puestos políticos más altos, que había otra razón para quitarles de ese puesto: eran cristianos y, por esa razón, no podían formar parte de ese panturquismo”.

El genocidio armenio ha sido sistemáticamente negado por el gobierno turco de Ankara. La razón fundamental, según los estudiosos del tema es esta: “supone poner en discusión la identidad de la Turquía moderna, que ha convertido en héroes nacionales a los que planificaron el genocidio”. Mons. Raphael F. Minassian explica: “Es un tema que ha sido rechazado y negado por el mundo entero. No fue aceptado como el primer genocidio del siglo XX. Por desgracia, es todo cuestión política y de intereses políticos. (…) El genocidio en Armenia fue claramente un genocidio premeditado. Se trataba de excluir a estas personas del mundo, porque eran cristianos, por sus creencias: este es el motivo real. Yo soy el primer nacido de los supervivientes del genocidio. Nunca conocí a mis abuelos, les mataron. Los que viven en un ambiente familiar normal no nos comprenden. No entienden lo que es no tener parientes, no tener a los mayores de la familia, a los abuelos y todo esto de lo que ahora se  disfruta. Lo vemos en nuestros sobrinos, porque les estamos dando lo que no teníamos nosotros a su edad”. Muchos fueron ejecutados fríamente. Muchos más fueron obligados a introducirse en el desierto de Der-Es-Zor, donde murieron de hambre, sed y agotamiento, tras largas y agotadoras marchas. Mons. Raphael completa esta información afirmando: “Persiguieron a los cristianos armenios malamente, malamente. Porque además de los que  mataron en sus casas, en sus hogares, a otros también les hicieron marchar muy lejos, en medio de la nada, y les dejaron morir por el camino. Los que sobrevivieron llegaron a Siria, y de Siria a Egipto y al Líbano y a otros países que les acogieron, aunque muchos países no quisieron acogerles. Fue realmente algo inhumano”. El pueblo armenio los consideró siempre como una persecución religiosa. Eran conscientes de morir a causa de su fe en Cristo. Genocidio armenio 2

Mons. Raphael F. Minassian completa su reflexión sobre el genocidio con una afirmación que nos hace estremecer: “Si el genocidio armenio hubiera sido castigado, creo que el genocidio de los judíos no hubiera sucedido. Y este es el error de la sociedad política, desgraciadamente, porque los interés se ayudan mutuamente. Así nadie sabe donde vamos a ir, pero es inhumano”.

El obispo de Ereván pide que se respete la revolución que alcanzó la independencia de Armenia: “Debemos respetar la revolución que ocurrió en Armenia para obtener su independencia. Porque al estar bajo una autoridad no cristiana, estaban siempre considerados como ciudadanos de segunda clase. No quiero tocar el tema de las presiones morales, sociales y de salud que sufrieron durante muchos años. Pero sí que es verdad que, con la independencia, han asegurado lo sagrado: la libertad para vivir su religión y su fe sin presiones”. En este sentido, y habiendo experimentado en su propia carne lo que significa vivir bajo la autoridad de un gobierno musulmán, Armenia apoyó decididamente la decisión  de Nagorno-Karabaj de escindirse de Azerbaiyán: “Todos los armenios del mundo, ayudaron a Nagorno-Karabaj a  conseguir la independencia y ser un país autosuficiente como lo es hoy en día. Pero, por desgracia, todavía a diario, soldados jóvenes mueren bajo el fuego de los morteros. Ante estos ataques, el gobierno armenio pidió a la comunidad internacional el restablecimiento de la paz en Nagorno-Karabaj. Pero sabemos que no está dentro de los intereses de las grandes potencias que tienen el negocio de las armas el tener paz, porque sino se acabaría su negocio”.

Sobre las ambiciones de conquista del ISIS con respecto a Armenia, Mons. Raphael: “Aquí entramos en la política y la ideología de el ISIS. (…) Están trabajando para abrazar de nuevo su historia de Islam y  conquistar al mundo entero, porque ellos son las personas elegidas por Dios para llevar a todos hacia Alá. Entre los que tienen este ideología, hay personas que ni siquiera saben escribir su nombre o leer. Un miembro de ISIS que cogieron en Siria, hablaron con él y le preguntaron: «¿Por qué estás haciendo esto?» Y la respuesta fue: «Nos dijeron que destruyéramos cualquier edificio, y matáramos a cualquier criatura que se moviera». Le interrogaron: «¿Pero quién está dando estas ordenes?» Todos lo armeniosabemos, pero nadie quiere decirlo. Y yo no voy a decirlo tampoco”.

El pueblo armenio se ha distinguido siempre por su adhesión a Cristo. Mons. Raphael afirma: “Los armenios son conocidos como los que creen en la cruz. Eso es por lo que el símbolo de los armenios es la cruz: porque fueron perseguidos porque luchaban por su religión. Su religión forma parte de ellos. Cuando dices «armenio», se sobreentiende que son cristianos. Los comunistas les hostigaron durante más de setenta años a causa de su creencia, pero no pudieron quitarles la fe. Te cuento una pequeña historia sobre esto. Los  generales armenios en el ejercito de Rusia, a escondidas, iban a la iglesia para bautizar a sus hijos. Y uno de esos días, fueron dos y, por casualidad, se encontraron ahí. Se dieron la espalda para no verse, para poder decir después que no se habían visto. Pero los dos fueron allí para bautizar a sus niños. Se ve que incluso el comunismo y el ateísmo no podían quitarles la fe cristiana”.

El pueblo armenio demuestra la autenticidad de su fe con el perdón heroico a todos los que les han hecho sufrir de manera tan atroz, pero no deja de pedir justicia y de exigir que se respeten –también en Armenia- los Derechos Humanos que reconocen el derecho de cada persona “a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión” (Art. 18), así como el derecho fundamental “a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona” (Art. 3).

 

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