«El poder de la gracia de Dios puede vencer todo pecado». El P. Félix López —superior general de los Siervos del Hogar de la Madre— habla sobre el sacerdote y el sacramento de la reconciliación. Es en este sacramento donde podemos experimentar el perdón y la paz que proceden de las llagas de Jesús. El pecador experimenta, igual que el «hijo pródigo», el abrazo del Padre misericordioso que le invita a la conversión y a que no peque más. El P. Félix habla también de la importancia de la confesión para el mismo sacerdote.
«El sacerdote tiene que tener los ojos fijos en Jesucristo». El P. Félix López —superior general de los Siervos del Hogar de la Madre— nos habla de la identificación del sacerdote con Cristo Sacerdote. Es en Cristo donde el sacerdote descubre su identidad, quién es, qué debe hacer, de qué manera... Para ello tiene que tratar mucho a Jesucristo vivo en la Eucaristía y leer mucho el Evangelio. Como Cristo, el sacerdote descubre que su alimento es hacer la voluntad del Padre.
«La Virgen ama a los sacerdotes, porque ama a Jesús en ellos». El P. Félix López —superior general de los Siervos del Hogar de la Madre— nos habla del papel de la Virgen en su vida, en su llamada y en su sacerdocio. Nos descubrirá también el misterio de María, la encarnación y el sacerdocio de Cristo: dos «sí» que se unen. La Virgen no se olvida del encargo que Jesús le dio desde la Cruz: —«he ahí a tu hijo»— y ejerce como madre. Esto lo hace de manera especial con los sacerdotes, a los cuales ama porque ama a Jesús en ellos. El P. Félix la experimenta sobre todo como Madre que ha estado siempre presente en su vida. Y alimenta este amor con la relación filial y cercana y con el rezo del Santo Rosario.
El P. Félix López nos habla en esta ocasión de su propia llamada al sacerdocio. Siendo monaguillo, al estar muy cerca del altar, preguntaba con frecuencia al Señor: «¿qué quieres de mí?». Pasó el tiempo y el Señor le salió al encuentro mientras estudiaba la carrera de Farmacia. Le llamaba a una entrega más grande. ¿Qué responder? «A un Dios que se ha dejado clavar en una Cruz por mí, yo no puedo decirle que no».
«El sacerdocio católico hace vivo y presente el misterio de Cristo sacerdote». El P. Félix López —superior general de los Siervos del Hogar de la Madre— nos habla de la gran responsabilidad y tarea que tienen los sacerdotes de hacer visible a Cristo. El sacerdocio es una manifestación del amor que Dios tiene por los hombres y el sacerdote está llamado a entregar su vida como Cristo la entregó.
«Las manos de un sacerdote son las manos santas de un pecador». El P. Félix López —superior general de los Siervos del Hogar de la Madre— nos habla del día de su ordenación sacerdotal, del cambio que tuvo lugar en él y de la configuración con Jesucristo Sacerdote. Experimentó una inmensa alegría al oír las palabras «eres sacerdote para siempre». Le llenaba de asombro mirar después esas manos que habían sido consagradas y pensar: «estas manos son las manos santas de un pecador». Las manos de un sacerdote son santas y venerables porque son canales a través de los cuales Dios santifica y sigue trasmitiendo su vida divina.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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