P. Morris desde Pakistán: Cristianos frente a la Sharia

La Fundación EUK Mamie – HM Televisión trae ante sus cámaras un nuevo testigo del dolor de los cristianos perseguidos a causa de su fe. Tenemos en esta ocasión en Tras las Huellas del Nazareno al Padre Morris Jalal, sacerdote capuchino de Pakistán y Director de "Catholic TV Pakistan".

 El P. Morris arriesga su vida cada día proclamando su fe en Cristo. Y la vuelve a arriesgar expresándose como lo hace en Tras las Huellas del Nazareno. Ayudemos a nuestros hermanos perseguidos a causa de su fe con nuestra oración y con la difusión de estos mensajes.




El P. Morris Jalal hace un análisis, reposado y sereno, examinando desde sus diferentes aspectos la situación religiosa de Pakistán. Señala con mucho valor los principales problemas que la Iglesia Católica tiene frente al Islam en Pakistán: la discriminación que sufren los cristianos, la Sharia, la ley de la blasfemia con todos sus abusos, la actuación de Occidente, la visión deformada que muchas veces ofrecen de la situación real de Pakistán medios de comunicación, diplomáticos e incluso organizaciones internacionales…

El P. Morris continuará su reflexión en el próximo programa de Tras las Huellas del Nazareno. No se lo pierdan, para llegar a conocer lo que de verdad está pasando en Oriente Medio.

Resumiendo:

La Fundación EUK Mamie – HM Televisión trae ante sus cámaras un nuevo testigo del dolor de los cristianos perseguidos a causa de su fe. Tenemos en esta ocasión en Tras las Huellas del Nazareno al Padre Morris Jalal, sacerdote capuchino de Pakistán y Director de "Catholic TV Pakistan".

El P. Morris hace un análisis, reposado y sereno, examinando desde sus diferentes aspectos la situación religiosa de Pakistán. Señala con mucho valor los principales problemas de la Iglesia Católica frente al Islam en Pakistán: la discriminación que sufren los cristianos, la Sharia, la ley de la blasfemia con todos sus abusos, la actuación de Occidente, la visión deformada que muchas veces ofrecen de la situación real de Pakistán medios de comunicación, diplomáticos e incluso organizaciones internacionales…

El P. Morris Jalal explica sobre sí mismo: “Soy un capuchino de Pakistán. Estoy trabajando en una de las diócesis más pobladas de Pakistán. Fui ordenado en 1984 como sacerdote capuchino, y desde entonces trabajo con jóvenes, como capellán de la diócesis. He trabajado en varias parroquias. También fui uno de los consejeros del obispo. En el  2009 empecé una televisión católica como un proyecto de mi parroquia, que luego se difundió por toda la diócesis. Este es el apostolado que hago en Pakistán. Ahora mismo estoy trabajando en una parroquia a tiempo parcial, y al mismo tiempo estoy trabajando como director de la televisión católica en Pakistán”.

Un Pakistán islamizado


El P. Morris comienza su análisis situándonos en ese país, tan lejano para la mayoría de nosotros, que es Pakistán: “Pakistán es
el hoP. Morris 1gar de 180 millones de personas. Es el séptimo país más poblado del mundo. Es un país principalmente musulmán: el noventa y cinco por ciento son musulmanes, y el cinco por ciento son cristianos de distintas denominaciones. De ese cinco por ciento, el tres por ciento son católicos”.

Para que podamos comprender la situación actual, el P. Morris retrocede hasta la fundación de la República Islámica de Pakistán, tras su independencia en 1947: “Referente al tema religioso, Pakistán tiene un tipo de Islam muy duro. El fundador de Pakistán nunca soñó con un país islámico tan radical, más bien tuvo una idea más amplia, más abierta de país islámico, con un sistema democrático. Pero después de la Guerra en Afganistán, hubo una ola revolucionaria en Arabia del Sur y en todos los países árabes, entre ellos Pakistán. Uno de nuestros dictadores, dictador militar Zia Ul Haq, fue nuestro presidente y además general militar. Él introdujo el Islam como sistema para Pakistán, para gobernar el país. Impuso muchas leyes que están basadas en el Corán y están basadas en la Sharia. Cambió muchas cosas en nuestra constitución e introdujo la educación islámica. Esas enseñanzas trajeron muchos problemas al país. En el día a día, todo lo que era islámico era promovido. Fundó muchos colegios musulmanes, que llamamos madrasas, son colegios-mezquitas. Muchos niños pequeños son llevados ahí y no se les enseña otra cosa en
absoluto más que Islam, nada más. Estrechan sus mentes, les meten en la cabeza sólo Islam, Islam, Islam y nada más”.

 “La consecuencia de esto es que el sistema se hace demasiado islámico, provocando el extremismo, el fundamentalismo, el terrorismo y muchas otras dificultades por las que ahora están sufriendo los cristianos y las otras minorías”.

El pueblo discriminado

Tras esta mirada de conjunto a la realidad política de Pakistán, el P. Morris pasa a describir la situación de la pequeña comunidad cristiana, terriblemente discriminada en su propia tierra: “La comunidad cristiana, en general, está sufriendo mucho. Primero, porque los cristianos de Pakistán no son considerados ciudadanos para nada. A pesar de que somos nativos de Pakistán, y llevamos viviendo a
pakistan 2quí desde mucho antes de que vinieran los musulmanes de otros lugares del mundo para conquistar nuestro país. Nosotros ya estábamos aquí cuando ellos llegaron. Los cristianos son siempre considerados como americanos u occidentales, porque piensan que lo americano y los occidental es cristiano. Por eso, los cristianos nunca jamás son considerados como verdaderos ciudadanos de Pakistán”.

La discriminación se realiza de manera sistemática, desde la escuela y la universidad, al mundo del trabajo: “Están sufriendo porque se les está tratando como ciudadanos de segunda clase. Esto es verdad, primero, por la discriminación. Nuestros niños están experimentando discriminación en los colegios y en las universidades, y en otras instituciones educativas. Por ejemplo: en un colegio público, si en una clase hay veinte musulmanes y un estudiante cristiano, siempre piden al cristiano sentarse en la parte de detrás del aula. Y, muchas veces, ningún musulmán está dispuesto a sentarse con él en la misma mesa. Piensan que los cristianos no son buenos religiosos, que no son buenas personas, por eso nadie quiere sentarse con ellos. Son discriminados, y esta clase de discriminación crea un complejo de inferioridad en los niños cristianos”.

“Esta misma discriminación sucede igualmente en los puestos de trabajos. Por ejemplo, si haces una entrevista para un trabajo, te preguntan primero si eres musulmán. Si respondes que no, que eres  cristiano, entonces te dicen: vuelva usted mañana. Te rechazan, y es una situación muy dolorosa. Es muy difícil ver a nuestros jóvenes, que son
igualmente inteligentes y trabajan igual de bien que los musulmanes, pero son rechazados y se les niega la oportunidad de trabajar porque son cristianos”.

 

"La ley de la blasfemia"

Otra forma, todavía más cruel, de discriminación son algunas leyes islámicas que están incluidas en la Constitución. Una de ellas es la terrible de la blasfemia, ante la cual, los cristianos se encuentran absolutamente indefensos: “La ley de la blasfemia es una ley por la cual, cualquier individuo que deshonra a Mahoma, el profeta del Islam, o al Corán, con palabras, signos o acciones, es condenado a pena de muerte por ahorcamiento”.

El P. Morris afirma que los cristianos no suelen cometer blasfemia. Nuestra pregunta es por qué entonces tienen lugar estas acusaciones y estos asesinatos, de los que llegamos a tener conocimiento solo de una mínima parte: “En situaciones de la vida diaria, en la que los cristianos trabajan codo a codo con musulmanes, a veces se tienen roces o diferencias personales… Y es muy fácil que -por venganza - un musulmán rasgue unas hojas del Corán, las tire, y acuse al cristiano de haberlo hecho. Esta ley sólo pide un testigo de la blasfemia en el juicio, y por eso no les es difícil para nada a los musulmanes ganar porque, para el tribunal, es suficiente el testimonio del que te acusa de haber cometido blasfemia. Con eso basta. Nada más que con eso. Para solucionar peleas o cualquier disensión, siempre acusan a los cristianos de haber blasfemado. Muchos cristianos han sufrido la muerte por esta ley”.

Es un problema mucho más grande que lo que pensamos en Occidente: “Hay un buen número de personas en la cárcel por acusaciones contra la ley de la blasfemia”. En muchos casos, la acusación ni siquiera llega a los tribunales, la misma comunidad musulmana ejecuta la sentencia: “El problema crece cuando alguien te acusa del crimen de blasfemia, porque se junta la comunidad musulmana y te dan una paliza y te matan ahí mismo sin llevarte a la policía o sin ser juzgado. Toman la ley por su cuenta y simplemente te matan. Han actuado así con muchas personas, con muchos cristianos. Y les han golpeado y asesinado antes siquiera de denunciarles a la policía”.

“En 2013, en la “Joseph Colony” hubo un problema personal y se metió por medio toda la comunidad musulmana. Quemaron de trescientas a quinientas casas de cristianos. Los quemaron. Lo mismo pasó en otras poblaciones cristianas. Ni si quiera escuchan para conocer realmente el problema. Solo oyen que una persona habló mal del pr
pakistan 3ofeta Mahoma, o del Corán o del Islam, y matan a los cristianos, o los golpean, o queman sus casas. Esto ha ocurrido numerosas veces. Con frecuencia, las vidas de los cristianos están en mucho peligro.. Y es un peligro real”.  

Un caso que consiguió traspasar las fronteras de Pakistán fue el de Asia Bibi. El P. Morris conoce el caso de cerca y no duda en afirmar: “Ella nunca blasfemó. Ha sido todo una calumnia de un grupo de mujeres. Pero como una mujer estaba en contra de Asia Bibi, la acusó de haber dicho algo en contra del profeta Mahoma, y por eso está todavía en la cárcel en este momento. A pesar de que su caso está en la Corte Suprema, no sabemos qué va a pasar con ella. Hemos oído que está muy enferma, y también que dentro de la cárcel recibe amenazas contra su vida”.

Ante estas situaciones, los cristianos ni se atreven a pedir protección policial: “Uno puede pensar que por qué no denunciamos estos casos a la policía, pero no solemos hacerlo porque la policía también es musulmana. Hay
muchos casos en que los cristianos han ido a poner una denuncia en comisaría, y la misma policía ha terminado matándoles. Como también son musulmanes, piensan que tú has cometido blasfemia y te disparan”.

El P. Morris recuerda el caso del gobernador de Punjab, Salman Taseer, musulmán, que fue asesinado por su propio guardaespaldas solo por atreverse a hablar a favor de Asia Bibi: “Él habló en favor de Asia Bibi, y aún siendo gobernador de uno de los estados más grandes de Pakistán, lo mató su propio guardaespaldas. Y al día siguiente, en la televisión alabaron al guardaespaldas por lo que había hecho, le presentaron como un héroe. Un asesino se convierte en héroe, porque hizo algo grande por el Islam. Hace unos meses a este guardaespaldas le ahorcaron, así lo decidió la Corte. Yo estuve en su funeral. A una distancia de diez kilómetros, 10 km sólo se podían ver las cabezas de las personas que estaban allí. Muchísima gente estuvo presente en el funeral. Esto muestra que el extremismo está creciendo. Y las personas que matan en el nombre de Islam, por el honor del Islam, estos son considerados héroes”.

El P Morris también habla de Shahbaz Bhatti, Ministro para las Minorías de Pakistán, que fue asesinado el 2 de marzo de 2011 por manifestarse en contra de la ley de la blasfemia. La Iglesia en Pakistán está comenzando a recoger testimonios en orden a una posible apertura de su proceso de beatificación: “Vemos también el caso de Shahbaz Bhatti, un ministro cristiano. El habló abiertamente acerca de este extremismo radical. Habló incluso sobre la ley de la blasfemia, y defendió los derechos de las minorías y los derechos de los cristianos. Y a él también lo mataron”.

“Estas son las consecuencias que tenemos que enfrentar ahora mismo. La comunidad cristiana está sufriendo mucho”.

Realidades encubiertas

pakistan 1Una pregunta obligada es si todos los musulmanes de Pakistán son así. El P. Morris, pakistaní, habla desde su propia experiencia: “Verás, en el mundo, siempre hay buenas personas en todas las religiones. No digo que, de manera generalizada, todos los musulmanes sean malos en Pakistán. Pero quiero decir que, un gran número de personas que se adhiere al Islam, creen que ellos tienen que defender el buen nombre del Islam, tienen que defender el honor del Corán y el nombre de Mahoma. Creo que hay buenas personas en Pakistán, y  buenos musulmanes en Pakistán.  Pero estos buenos musulmanes se quedan callados cuando hay terrorismo y cuando hay ataques contra la comunidad cristiana… Siempre guardan silencio. Tienen miedo de hablar, tienen miedo de enfrentarse con los extremistas. En privado dicen que todo eso está mal, pero, en su vida pública, nunca dicen que este extremismo es malo. Tienen miedo, miedo de hablar”.

Tampoco los medios de comunicación hacen una correcta labor de denuncia de los abusos. También ellos tienen miedo: “Por supuesto que los medios de comunicación muestran estas cosas e intentan dar la imagen de que no las aprueban. Pero siempre lo justifican dando razones o poniendo excusas de por qué ha ocurrido. Dicen: Les han matado por esto o por esto otro, o porque quizás hicieron… Nunca denuncian claramente que está mal. ¿Por qué? Nadie quiere morir a manos de estos extremistas”.

Un problema es la falsa imagen que Pakistán trata de vender de sí mismo, que es aceptada sin cuestionarse nada más por muchos periodistas y diplomáticos occidentales: “Yo diría que hay pocos grupos de extremistas, pero en el nombre del Islam, todo musulmán se endurece, se pone a la defensiva. Pueden ser muy simpáticos contigo, si vienes a Pakistán, son muy acogedores. Hablan contigo, te invitan a sentarte con ellos para conversar… Y este es el problema de muchos periodistas occidentales, medios de comunicación y diplomáticos occidentales. Muchísimas personas van a Pakistán y hablan con musulmanes, y luego dicen que son todos muy buenos. Pero esta es una visión de la realidad muy superficial. Me gustaría que conversasen con los musulmanes sobre el Islam, porque entonces se darían cuenta de lo que son las cosas. Por eso, los embajadores, diplomáticos y los medios de comunicación de Occidente, no están informando correctamente”.

Pakistán y el occidente

Hay un mensaje que el P. Morris quiere que quede muy claro. No es lo mismo ser minoría en Pakistán que ser cristiano, aunque la comunidad cristiana sea también una minoría. Pero sufre más por el hecho de ser cristianos que por el hecho de ser minorías: “El tema de proteger a las minorías en los diferentes países, sabemos que es un tema que de vez en cuando se trata desde los medios de comunicación occidentales, y hasta en la ONU. Pero no hablan desde la perspectiva de la religión. Se habla de proteger a las minorías pero porque son minoría, no porque son cristianos. Pero los cristianos no sufren solo porque son una minoría, más bien sufren porque son cristianos, una minoría cristiana. Este mensaje tiene que quedar claro en Occidente y en sus medios de comunicación”.

El P. Morris solo tiene palabras de agradecimiento hacia la Iglesia Madre por toda la ayuda que los cristianos de Pakistán reciben de ella, a través de diversas instituciones: “Tengo que agradecer a la Iglesia católica de muchas partes del mundo, porque han mostrado su apoyo hacia los cristianos que sufren. Han ayudado y animado a nuestros cristianos de muchas maneras. Por ejemplo, en situaciones de urgencia, ayudándoles con comida y alberge. Puedo mencionar algunas organizaciones católicas que ayudan a la Iglesia: Ayuda a la Iglesia Necesitada, Miss You, La Iglesia Sufriente, Open Doors, y otras organizaciones cristianas nos han ayudado en situaciones difíciles”.

P. Morris 2Las última palabras del P. Morris se dirige hacia los responsables de la política mundial: “En referencia al apoyo diplomático para la comunidad cristiana, hemos leído muchas buenas declaraciones en los periódicos y en los medios de comunicación, pero lo que es tomar una posición real de defender a las  minorías… Especialmente esperamos mucho de América. ¿Por qué? Porque en Pakistán hay muchos problemas políticos que tienen que ver con el mismo Pakistán, por supuesto, pero también con América. Me atrevo a decir que el extremismo Islámico actual viene de Afganistán. ¿Y quiénes estaban ahí? Los americanos. Eso creó, en la mente de muchos jóvenes musulmanes, la idea de que América está tratando de venir y e
ntrar en esta parte del mundo solo por intereses propios, principalmente intereses económicos”.

Los jóvenes cristianos son conscientes de que muchos problemas que sufren en Pakistán, y la misma Guerra de Siria, se han originado por intereses políticos y económicos de Occidente, en especial de EEUU: “Los jóvenes son conscientes de esto: de que hay motivos políticos y económicos en todas estas guerras y en todo lo que está pasando, tanto aquí como en Siria. Sabemos que los cristianos están sufriendo porque hay razones detrás que son económicas, y también políticas que tienen que ver mucho con América y con la OTAN. Por eso cuando ellos no hablan claramente, siempre hay pesar y resentimiento, incluso de parte de la comunidad cristiana, también hacia el Occidente y también hacia América”.

El P. Morris continuará su reflexión en el próximo programa de Tras las Huellas del Nazareno. No se lo pierdan, para llegar a conocer lo que de verdad está pasando en Oriente Medio
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