La tristeza de Jesús
- Published in Es la hora de la Divina Misericordia
"Has de saber, hija mía, que cuando llego a un corazón humano en la santa comunión, tengo las manos llenas de toda clase de gracias y deseo dárselas al alma, pero las almas ni siquiera me prestan atención. Me dejan solo y se ocupan de otras cosas. Oh, qué triste es para mí que las almas no reconozcan el amor. Me tratan como a una cosa muerta" (Diario de Santa Faustina Kowalska, nº 1385).