10 minutos con Jesús: Nos vamos pitando a Egipto
José y María nunca preguntaron «por qué», sino que fueron dóciles –con prontitud– a lo que Dios les pedía.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
Más información aquí.