Clausura del IV centenario de Santa Teresa de Jesús en Alba de Tormes, Salamanca. Allí fundó la santa el monasterio de la Anunciación y suspiró aquel: “muero porque no muero”. Juan Pablo II manifestó su cariño y admiración por la santa y sus obras. Maestra, guía e inspiración en los caminos del espíritu, en ella siempre encontró estímulo para alimentar y mantener su libertad interior respecto a Dios y por la causa de la dignidad del hombre.