Cuarenta días cerca de Jesús: «Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra»
Abelardo de Armas, nos dice en esta meditación, que todo el género humano, han de poner la mirada en este Hombre-Dios, Jesucristo, que en Getsemaní ha querido caer en agonía con tristezas de muerte y sudar sangre, porque esa sangre que empapó todo su cuerpo era la pasión de su Cuerpo Místico que goteaba sangre.