10 minutos con Jesús: Sin sandalias
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Lo que se te ha dado gratis, dalo gratis.
Lo que se te ha dado gratis, dalo gratis.
En esta homilía de «Palabras de vida desde la misión», el P. Christopher Hartley indica que el Señor lo sabe todo, me conoce totalmente y, aun así, sigue viviendo en mi corazón; cuando yo soy consciente de esto y hago las cosas solo para Dios, se me quitan las ganas de juzgar, porque me doy cuenta de que no conozco lo más escondido del corazón del otro y sus intenciones al obrar.
Cuando llegue al Cielo, le diré al Señor: gracias por haberme dado lo que me has dado, porque yo quiero lo que Tú quieras.
Galo Oria, en esta edición de «El galeón», explica diferentes cuestiones referidas a la presencia real de Cristo en la Eucaristía, y lo hace según las enseñanzas del papa Benedicto XVI. Desarrolla principalmente tres puntos con los que se enfrenta la fe en este ámbito: si existe un argumento sólido en la Biblia que lo apoye, si un cuerpo material puede manifestarse en cualquier tiempo y lugar y si la ciencia ha superado o no el dogma de la fe.
Estos cuatro milagros eucarísticos sucedieron en Francia:
En La Rochelle, durante la Misa pascual del año 1461, un joven que desde los siete años se había quedado mudo y paralítico se curó instantáneamente.
El 2 de junio de 1668, en Les Ulmes, durante la exposición del Santísimo Sacramento, en lugar de la Hostia apareció la forma de un hombre revestido de una túnica blanca.
En 1533, en Marsella, algunos ladrones robaron de una iglesia un tabernáculo que contenía Hostias consagradas y las arrojaron al campo. Después de una fuerte nevada, un hombre encontró las Partículas en perfecto estado y milagrosamente preservadas.
El Jueves Santo del año 1643, en Pressac, hubo un incendio en la iglesia parroquial. El cáliz que contenía una Hostia se fundió, menos la base, en la que se formó como una bola de estaño. Sobre ella, se encontraba la Hostia completamente intacta.
En este programa de «Acompañando a Jesús», D. Sebastián García-Noblejas enseña que el Señor no hace milagros espectaculares, sino que la gran señal que nos muestra para creer en Él es su Resurrección. Pero para admitir su enseñanza es necesario que tengamos fe y que seamos personas de oración, ya que el demonio quiere robarnos ese tesoro que Dios nos ha dado. Para poder luchar, el Señor nos ha colmado de virtudes y de sus dones, y es preciso acrecentarlos.
Una infancia llena de viajes debido al trabajo de sus padres, hacen que el Hno. Joaquín no tenga un grupo de amigos fijo. En su adolescencia comienza a salir con un grupo de amigos mayores que él, que hará que empiece a ir a fiestas y a estar metido en el mundo de «ser popular» y tener éxito entre los jóvenes. La obsesión de dejar huella en el mundo será su meta hasta que, movido por el Espíritu Santo, se determina ir a unas misiones en Colombia y allí decide que su vida tiene que ser un darse a los demás. Desde ese momento comenzará su búsqueda de vida cristiana coherente donde se encontrará con algo que no esperaba: ser sacerdote.
Nos han hecho creer que teníamos que vivir una fe desnuda y que las devociones no servían para nada por ser algo anticuado, pero nos hemos dado cuenta de que todo esto no es verdad, y que necesitamos apoyar nuestra fe con las procesiones, las novenas… es decir, hacer la fe sensible puesto que somos humanos. ¡Escucha este audio completo de «Reflexiones de un cura, por D. Jorge González Guadalix»!
En este conjunto de narraciones de «Los sueños de S. Juan Bosco», se muestra en primer lugar la necesidad de hacer un buen propósito de enmienda después de cada confesión, ya que la falta de este hace mucho daño a nuestra alma y el demonio nos engaña más fácilmente. Los otros dos, hacen ver la misión especial que tenía el santo de cara a los jóvenes, y cómo él debía prepararlos para que muriesen en gracia de Dios.
Don Juan Andrés Talens —decano de la sección española del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II— responde a la pregunta: ¿Cómo se puede vivir el amor verdadero y la pureza de corazón? La pureza de corazón es un don del Espíritu Santo. Es necesario que, sea cual sea la vocación a la que somos llamados, haya detrás una vida de unión con Dios.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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