«Mira hacia arriba. Descubre la voluntad de Dios».

«Sin doblez. Tú, Jesús, me ves cuando nadie me ve».

«¡Venid y veréis!».

Alberto se alejó de Dios en la universidad, debido a los estudios de ciencias que comienza y al ambiente racionalista y ateo que tiene a su alrededor. Aunque reconocía que la Iglesia tenía razón en tantas cosas, decidió no creer para poder mantener su vida de vicios y pecado. A raíz de la preparación para la primera comunión de su hija, acaba volviendo a la Iglesia, porque comprende que la razón y la religión no son contrarias. Descubre toda su historia en este nuevo programa de «Cambio de Agujas».

«La fe, la vida cristiana consiste en ese encuentro personal con Jesús, en dejarnos amar por Él».

La vergüenza que experimenta el hombre cuando ve su cuerpo expuesto ante otra persona es una reacción totalmente normal, inherente al hombre, y que no debe ser extirpado de él, sino cuidado pues es una salvaguarda de su pureza. Dª. Gloria Casanova, profesora de Filosofía en la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir, señala que esta experiencia no es algo novedoso, sino que apareció con el pecado original. Antes del pecado, la turbación ante «La desnudez originaria» no ocurría, porque el hombre y la mujer eran capaces de mirarse el uno al otro con pureza de intención, no viéndose como un objeto, sino con la dignidad que cada uno posee.