Utilización de seres humanos para la investigación
- Categoría: Es defensa de la vida
"... De ahí que se minimice la intrínseca maldad del comunismo y que las noticias sobre la presión que ejerce en las conciencias se consideren como fanáticas o exageradas. Por eso se intenta, en nombre de la coexistencia y por el interés de una paz que no es paz, convertir a la Iglesia del mundo libre en Iglesia del silencio. Se trata, además, con todo celo de propagar la teoría de que el comunismo ha evolucionado y cambiado".
El porvenir de la Iglesia no está seguro en manos de los colaboracionistas. Los pastores débiles y los “sacerdotes de la paz” que, por el motivo que fuere, se han puesto a las órdenes del opresor, sólo recogen odio y desprecio. Toda la confianza de los oprimidos se dirige hacia aquellos hombres inflexibles que, sin dejar de amar a los pecadores, han denunciado intrépidos el pecado del comunismo y, en consecuencia, se niegan a traicionar a los pobres a cambio de obtener una ventaja pasajera.
De esta manera, un sacerdote tras otro se ve condenado a prisión o a una existencia anodina, en una especie de reservado para cristianos viejos y a extinguir. Puede eligir entre el campo de trabajo o el museo, pero no debe tener ningún contacto con la juventud. Se convierte así en un hombre sin futuro, en soldado en una posición perdida. No le queda otra opción que morir o capitular. En esta noche del espíritu, sin esperanzas de aurora, muchos pierden el valor y el juicio. ¿Cuántos hermanos nuestros no han muerto ya en esta cruz?
¿Por qué no se ve forzado tu hijo a morir de hambre? ¿Por qué no pierdes tú tu empleo por ir el domingo a la iglesia? ¿Por qué no vives tú separado y distanciado de todos los que te son queridos? Yo no sé y tú tampoco. Es un misterio. Nosotros no somos mejores que los otros, y sin embargo, estamos mejor que ellos.
“Estuve doce años en la cárcel porque quería permanecer fiel a la Iglesia de Roma. Me tortuaron porque no renegué del Papa. Perdí todo por la fe. Pero esta fe me dio una paz y una seguridad que convirtieron esos años de sufrimientos en los años más preciosos de mi vida. Vosotros habéis perdido la paz de Dios. Vosotros habéis socavado la fe hasta el punto de que ya no ofrece ninguna seguridad. En vuestra libertad, habéis rechazado la razón de nuestro sufrimiento bajo la opresión. El Occidente me ha desilusionado. Antes que permanecer con vosotros, prefiero otros doce años en una cárcel comunista.”
Entre ellos hay individuos ambiciosos sedientos de honores y distinciones, psicópatas llenos de resentimiento y complejos de inferioridad, pusilánimes que no observan el celibato eclesiástico, viles aduladores de los poderosos, abades, priores y canónigos de nuevo cuño. Estos adcenedizos eclesiásticos, a quienes el pueblo desprecia, son presentados por el Gobierno como arquetipos; se comportan como si estuvieran inspirados por el Espíritu Santo y fueran los salvadores de la Iglesia. Los ateos quieren que Roma escoja de entre ellos a los nuevos obispos, pese a que no son buenos pastores, sino mercenarios que han abandonado el rebaño y vendido a los comunistas a sus hermanos en el sacerdocio.
Pero dado que la Iglesia, en virtud de su origen divino, debe desarrollar una actividad propia, no puede contentarse con lo que los ateos están dispuestos a otorgarle. Obedeciendo a Dios antes que a los hombres, se retira a las catacumbas para vivir su vida en santa ilegalidad.
“La vida en Rusia era dura y a menudo inhumanamente pesada; pero Dios estaba siempre con nosotros. Cada domingo, en el cementerio, organizábamos un acto religioso. Naturalmente, no teníamos ni sacerdote ni santa misa, pero el santo sacramento estaba siempre entre nosotros… Nosotros hacíamos toda clase de economías para que María pudiera viajar y traer a Nuestro Señor entre nosotros. En cada reunión María traía el Santo Sacramento en una bolsa sobre el pecho. Casi ningún miembro de nuestra comunidad orante ha muerto sin recibir la comunión.”
Ahora que en Moscú la sonrisa de la coexistencia ya no es pertinente, el rostro monstruoso del comunismo, que desde 1917 muestra los rasgos indelebles de la violencia, del bandidismo, de la mentira y del crimen, ha reaparecido. Es una prueba más de que el comunismo no tolera ninguna desviación dogmática y debe reprimir por todos los medios toda apariencia de libertad; una vez más el slogan según el cual la Unión Soviética no constituye una amenaza para la Europa libre queda refutado. El comunismo no puede ser liberalizado sin dejar de ser comunismo.
“No perdamos nuestra fuerza espiritual en el odio, sino consagrémosla de nuevo a la unión, al trabajo, al servicio de nuestros hermanos, al resurgimiento de nuestro país. Somos un pueblo fuerte y bueno. Abramos a la juventud la vía de la esperanza... "Sursum corda": vuestra fuerza residirá en el silencio y en la esperanza.”
En el Evangelio no se dice que debamos aumentar las penas de los afligidos abrumándoles con reproches. No es noble tirar piedras desde una posición de lejanía estratégica a los hermanos necesitados. Si es necesario hablar de culpabilidad, no debe ser de la de otros, que no podemos y no debemos juzgar, sino sólo de nuestra culpa y responsabilidad.
“No, Señor, tú no quieres esto, porque tú no puedes contradecirte. Después de haber venido a mí miles de veces en las personas de gentes que se hallan en un estado desesperante de miseria y que me han llevado a hacer todas estas promesas, no puedes querer que las abandone. Por eso estoy a tu puerta y llamo. Grito hacia todas las ventanas de tu casa y pido. Tú me has dicho: “Pedid, y recibiréis; llamad, y se os abrirá.”
El Viernes Santo continúa, viernes sangrante de la Iglesia que sufre. Pero también prosigue la misión asumida entonces por el ángel consolador en el huerto de los Olivos, por las mujeres piadosas de Jerusalén, por la Verónica, que limpió el rostro de Jesús; por Simón de Cirene, que le ayudó a llevar la cruz; por su Madre, que le acompañó y estuvo con Él hasta que todo había pasado.
Tengo confianza en el futuro, porque en este Instituto he encontrado personas de oración y de vida interior, que no se dejan desanimar ni por las más duras pruebas. A menudo viven en la noche espiritual. Son atormentadas, como Job, y varias veces lo han perdido todo. Pero Dios les da fuerzas para empezar de nuevo cada vez. Su espíritu de entrega total ha constituido para mí una valiosa lección.
La Navidad es una época muy entrañable que nos trae miles de vivencias y recuerdos vividos. A los cristianos, la Iglesia nos propone vivir en estas fechas con el gozo y esplendor de este misterio tan grande. En este programa comentaremos las razones, el por qué de esta celebración y la realidad profunda de este sentimiento de paz y alegría que nos trae la celebración del misterio del Nacimiento de Jesús.
Firmes en la Verdad: Don Javier Mairata, sacerdote, consejero de un centro de orientación familiar de la diócesis de Getafe (Madrid), nos habla sobre la situación de la familia en la actualidad.
El gobierno ha intentado prohibir a los católicos que asistiesen a la Misa en el Valle de los Caídos. Con esto hay que reconocer que prohibir que se celebre la Misa en un templo católico atenta directamente contra la libertad.
En este programa hablamos con Cristina Sánchez, periodista y redactora del semanario Alfa y Omega, que es un semanario católico de formación que se extiende por toda España y cubre muchísimos temas.
“Dios renueva la faz de la tierra. Como un compasivo médico, está a la cabecera de la humanidad doliente. Rodea de gloria la obra desfigurada por necias criaturas. Cuando sus dedos acarician amorosamente las cosas, la Creación permanece iluminada por el brillo de una intacta belleza.”
“Los padres no están en condiciones de alimentar a sus hijos, y los ceden, por ello, -a menudo, llorando-, a los compradores de niños. De lo contrario, morirían. Pero el calvario que les espera es peor que la muerte. La mayor parte de las niñas son alquiladas como criadas a familias que las explotan, y a menudo, las maltratan hasta que ellas se escapan. La extrema miseria las conduce por el mal camino.”
“Santa María, Madre de Dios, ruega por Rosa María y por nosotros, pobres pecadores, y por el mundo criminal que disputa las zonas de influencia y las materias primas al precio de las almas de estos pequeños inocentes. Y haz que por la justicia y el amor reparemos lo mejor posible estas desgracias, a fin de que Dios, en su justa cólera, no nos maldiga. Amén.”
“No eres una madre alemana o vietnamita, china o congoleña, porque el dolor no tiene nacionalidad. Eres la madre de dolores y llevas la parte más pesada de la cruz de la humanidad.”
“Miraba a estos niños. ¿No son demasiado jóvenes para ir al infierno? Acaban de salir de él, sin embargo. Y están condenados a vivir ahora de nuevo en el otro infierno del Occidente libre. El infierno de los campos de refugiados, que fueron la lepra de Europa.”
“La Navidad viene mil veces al año, y mil veces pide Jesús ser recibido por los suyos. Pero mil veces al año se repite también la historia de Belén, de los posaderos indiferentes y de los acomodados burgueses bien atrincherados en su autosuficiencia. Y mil veces se cierran las puertas y los corazones ante la suma indigencia, que es en verdad la indigencia de Cristo.”
“Yo soy sacerdote, monje, y rara vez estoy en mi abadía, porque desde hace veintidós años me dedico a recorrer los países en que Dios llora, o bien estoy a la búsqueda de hombres que quieran ayudarme a secar sus lágrimas. Es ésta una vocación extraña; pero, echando una mirada a mi pasado, entreveo en mi vida una línea recta que a través de todo va de Dios a Dios.”
Todavía estamos impresionados por la visita del Papa, que ha sido una gracia muy grande para nuestro país. Él es el vicario de Cristo aquí en la tierra y todos los católicos del mundo lo queremos, apreciamios, y rezamos por él. No ha venido aquí solo como Papa, sino como peregrino, como uno de tantos, para fortalecer su fe y para recibir el perdón y la paz.
D. Julián Lozano López —delegado de Medios de Comunicación Social de la Diócesis de Getafe (España)— siempre ha tenido a la Virgen muy presente en su vida, pues ella ha tomado un papel especialmente importante en su sacerdocio. D. Julián es consciente de lo mucho que la necesita para ser fiel a su vocación, por ello, intenta tenerla presente todos los días, invocándola siempre.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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