Compartiendo a Jesucristo: Trabajadores para su mies
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies».
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies».
La contemplación es un don de Dios, pero podemos hacer pequeños actos que nos dispongan a recibirlo.
En este podcast de «Acompañando a Jesús», D. Sebastián García-Noblejas afirma que no podemos preocuparnos únicamente de nuestra santidad personal, pues todos estamos llamados a hacer presente a Cristo en medio del mundo con la oración, con el testimonio de la palabra y del ejemplo y con la expiación. Tenemos que dejar a Dios hacer su obra en nosotros, porque Él quiere mostrarse a los demás a través nuestro.
Utilizando la frase evangélica de «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios», D. Jorge González Guadalix, en este podcast de «Reflexiones de un cura», explica que la Iglesia tiene la obligación de defender lo que es de Dios, y para ello, si es necesario, lo hará ayudado de los poderes públicos. Pero en ningún caso, los poderes públicos, sean quienes sean, pueden impedir que la Iglesia haga esta labor.
En el primer relato, le fue confiado a D. Bosco el animar a los salesianos a trabajar a pesar de las fatigas, ya que, haciéndolo, la recompensa sería enorme en el Cielo. En el segundo, el santo vio cómo un joven, que anteriormente había llevado una mala vida pero ahora iba por la vía del bien, estaba siendo atormentado por los demonios y qué era lo que tenía que hacer para poder ayudarlo.
Señor danos alegría, esperanza y valentía para no paralizarnos por el miedo en ninguna circunstancia.
Los cristianos nunca, ni en los momentos de tribulación, deberíamos perder la alegría porque sabemos cuánto nos ama Dios.
Editorial
El 21 de octubre, en el canal de Youtube Infinito+1, el mismo usado para las «Catequizis para niños«», que ha tenido tan buena acogida y expansión internacional, se ha estrenado la serie titulada: «Contagiosos», dirigida por Juan Manuel Cotelo.
Noticias internacionales
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Es fundamental para la vida de todo hombre responder a la pregunta de quién es Dios, y en este programa de «Palabras de vida desde la misión», el P. Christopher Hartley reflexiona sobre esta cuestión, afirmando que solo en la Iglesia católica se puede dar una respuesta verdadera, ya que, cuando San Pedro confesó a Jesús como el Mesías y el Señor, Jesús le dijo: «Dichoso tú, Simón, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en los cielos».
Yo soy de Dios y Dios es mío. ¿Hay algo más maravilloso que tener que depender de Dios?
El P. Agustín Giménez González —director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de la Universidad Eclesiástica de San Dámaso (Madrid, España)— explica en qué consiste «La transmisión de la Revelación divina». Apoyándose en el capítulo segundo de la Constitución Dogmática «Dei Verbum», afirma que Cristo fundó la Iglesia y mandó a los Apóstoles a predicar el Evangelio a todos los hombres, para que el acontecimiento de la Revelación divina pudiera llegar a todos los hombres, de todos los lugares, de todos los tiempos. Gracias a la sucesión apostólica, Jesucristo puede llevar a cabo su misión de enseñar, santificar y guiar al pueblo cristiano hacia la casa del Padre.
Una pata tuvo varios patitos, pero uno de ellos era mucho más feo, tosco y torpe que el resto, por lo que todos le dejaron solo y se burlaban de él. El patito huyó de allí, enfrentándose solo a los inconvenientes del invierno. Al llegar la primavera, se encontró con unos preciosos cisnes que le mostraron su reflejo en el estanque, descubriendo así, que no era un pato desgarbado, sino un hermoso cisne.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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