10 minutos con Jesús: Tras la línea enemiga
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Siempre podemos contar con la ayuda de la gracia de Dios, pero es necesario ponerse a trabajar por la santidad y dejar de perder el tiempo.
Siempre podemos contar con la ayuda de la gracia de Dios, pero es necesario ponerse a trabajar por la santidad y dejar de perder el tiempo.
En esta homilía de «Palabras de vida desde la misión», El P. Christopher Hartley explica que, muchas veces, la fidelidad a Jesucristo me va a llevar a conflictos con otras personas, pero que no podemos anteponer el bienestar y la falsa paz a Jesucristo. Solo amando la voluntad de Dios podremos amar lo demás, porque pondremos cada cosa en el lugar que le corresponde.
«No llevéis bolsa ni alforja ni sandalias, y no os paréis a saludar por el camino. Cuando entréis en una casa, lo primero saludad: "Paz a esta casa"; si hay allí gente de paz, la paz que les deseáis se posará sobre ellos; si no, volverá a vosotros.»
Muchas veces hay cosas que Dios me pide y que cuestan, pero cuando digo sí, su gracia actúa, todo se simplifica y adquiero fortaleza para acometerla.
¿En qué consiste la santidad? ¿En qué consiste la perfección cristiana a la que nos llama Jesucristo? El P. Christopher Hartley asegura que es muy sencillo: consiste en hacerse como niños. En todo el Evangelio, Jesús demuestra un amor de predilección por los pequeños y nos exhorta a hacernos como ellos. Por eso, tengo que reconocerme dependiente y necesitado de Dios, ver que sin Él no puedo nada, abandonándome en su providencia.
Amparo y Nacho nos cuentan cómo ante la negativa posibilidad de embarazo, Dios pone en su camino y en su corazón la idea de adoptar a un niño con síndrome de Down. Junto a esa gran alegría por la adopción de su hijo Marcos, Amparo es sorprendida por una trágica noticia: pierde a su hijo de 14 semanas de gestación después de una fuerte hemorragia, descubriendo así que había sido un embarazo disfrazado con los síntomas de la menopausia. Amparo y Nacho junto a su familia ven la mano de Dios ante la pérdida de su hijo biológico y la adopción de Marcos.
Señor, si Tú no necesitas mi honra, ¿yo para que la quiero?
«¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la menta y de la ruda y de todas las legumbres, y olvidáis la justicia y el amor de Dios! ¡Hay que hacer una cosa sin descuidar la otra!»
«¡Ay de vosotros también, doctores de la ley, que echáis sobre los demás cargas insoportables, y vosotros no las tocáis ni con un dedo!»
¿Cómo es tu intimidad con Nuestra Madre, la Virgen? Ella está siempre dispuesta a ayudarnos, si la dejamos.
Armando Benítez tuvo una infancia practicante, como tantos niños, gracias a su madre. Pero para él, ir a Misa no era más que una costumbre, algo que hay que hacer «por cumplir», sin realmente hacer suya la fe y amor a Dios que tenía su madre. Por eso, al llegar la adolescencia se aleja de Dios y comienza a buscar misas cortas y que no perturben sus planes. Un cambio de párroco, unos ejercicios espirituales bien vividos, y la elección de un guía espiritual cambiará la vida de Armando hasta amar al Amor por sí mismo.
El Prof. Rafael Sánchez Saus —catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Cádiz— nos recuerda los grandes momentos de «La Reconquista», que se puede dividir en tres periodos, de los que este capítulo se detiene en los dos primeros. El primer periodo, del siglo VIII al XI, se caracteriza por el predominio político y económico de Al Andalus frente a unos reinos cristianos que sobreviven al amparo de la Cordillera Cantábrica, pero que no desaprovechan las oportunidades de expansión. El segundo periodo, entre los siglos XI y XIII, contempla la ruina del Califato de Córdoba y su descomposición en los Reinos de Taifas, lo que permite una gran expansión de los reinos cristianos.
Para Jesús la importancia no está en el lugar que uno ocupa en la sociedad, sino en cómo sirve, en cómo cuida de la fragilidad de sus hermanos.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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