El galeón: El documento de Aparecida (3ª parte)
"Aquí está el reto fundamental que afrontamos: mostrar la capacidad de la Iglesia para promover y formar discípulos y misioneros que respondan a la vocación recibida y comuniquen por doquier, desbordando gratitud y alegría, el don del encuentro con Jesucristo. No tenemos otro tesoro que este. No tenemos otra dicha ni otra prioridad que ser instrumentos del Espíritu de Dios en la Iglesia, para que Jesucristo sea encontrado, seguido, amado, adorado, anunciado y comunicado a todos, no obstante todas las dificultades y resistencias. Este es el mejor servicio –¡su servicio!– que la Iglesia tiene que ofrecer a las personas y naciones".