10 minutos con Jesús: El anciano Simeón
«Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador».
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
Más información aquí.