10 minutos con Jesús: Sábado Santo
La fe de María nunca se apagó, nunca dejó de confiar en Dios, de abandonarse en sus manos; incluso, en los momentos de sufrimiento extremo, esperó contra toda esperanza.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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