Compartiendo a Jesucristo: «Juan es su nombre»
«Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios».
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
Más información aquí.