Compartiendo a Jesucristo: Has revelado estas cosas a la gente sencilla
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«¡Sí, Padre!, porque así te ha parecido bien.»
«¡Sí, Padre!, porque así te ha parecido bien.»
Nació el año 1540 en Torrehermosa, perteneciente al reino de Aragón, donde ejerce el humilde oficio de pastor. Ingresó en la Orden de los Frailes Menores, y sobresalió por su devoción a la Virgen y por su amor a la eucaristía. Murió en Villareal de los Infantes, cerca de Valencia, el 17 de mayo de 1592.
Pilar San José nació en México pero con cinco años se mudó a España con su familia. El importante cambio cultural que vivió la afectó profundamente. En la universidad, comenzó a vivir una doble vida: fiestas durante la semana y Misa los domingos. Pero Pilar llegaba a casa y se preguntaba: «¿Qué estás haciendo con tu vida? Estás desperdiciándola». Se casó por la Iglesia y tuvo dos hijos, pero su matrimonio fracasó. A partir de una visita a Garabandal, Pilar comenzó a vivir su vida más centrada en el Señor y a salir de la tibieza en la que se encontraba. Conoce toda su historia en «Cambio de Agujas».
En esta meditación, Abelardo de Armas hace una comparación entre la actitud de la Virgen en la huida a Egipto y cómo nosotros tenemos que dejar todo en manos de la Virgen. Cuando nos veamos incapaces de caminar hacia la santidad, debemos dejar actuar a Nuestra Madre, pues Ella hace posible lo imposible.
«Acreciste el valor en mi alma».
En esta meditación, Abelardo de Armas reflexiona sobre los momentos previos a la Ascensión. Cómo los apóstoles le adoraron, y que eso es lo que tenemos que hacer nosotros, ver a Jesús en todo. Ser sumisos, obedientes, adorarle y enseñar a los demás a hacer lo mismo.
En esta ocasión, Beatriz Fra Amores, enfermera y máster en Bioética por la Universidad Católica de Ávila, da un paso más en la profundización del ser femenino. Reflexiona acerca de que Dios, que es el único creador de vida, permite que la mujer, con colaboración del varón, engendre vida en su propio ser. De ahí que la realidad del ser femenino sea indefinible sin hablar de la maternidad. Por otro lado, las características propias del ser femenino, inscritas en su cuerpo y en su alma, están íntimamente relacionadas con su vocación al amor. Característica especial es la acogida, que le permite no solo acoger la vida sino también el sufrimiento y hacerse fuerte en el amor para proteger al débil y, así, ser capaz de amar gratuitamente, siempre, a todos, tanto en la maternidad física como en la maternidad espiritual.
Nació en el Condado de Kent (Inglaterra) en 1165. Cuando los carmelitas llegaron a Inglaterra entró en la Orden y llegó a ser Superior General. Bajo su mandato, los carmelitas pasaron de ser eremitas a formar parte de las órdenes mendicantes. Ante las súplicas del santo, la Virgen se le apareció llevando en sus manos el Escapulario, y le dijo: «Este será privilegio para ti y todos los carmelitas; quien muriere con él no padecerá el fuego eterno». Murió en el convento de Burdeos el 16 de mayo de 1265.
«San Isidro Labrador, amante de Dios, trabaja duro, sabe esperar».
En esta meditación, Abelardo de Armas expone cómo María, desde el comienzo, empieza a vivir eso que le profetizó Simeón: “y a ti una espada te traspasará el alma”. Pero la sumisión de la Virgen será tal que alcanza la más alta cima del abandono y pertenencia al Padre de los cielos.
En esta meditación Abelardo de Armas explica que es necesario estar quietos con la cabeza, con el cuerpo, con el corazón. Ser testigo de Jesús es ser mártir de Jesús. Sin salirse del corazón de la Virgen. “Seréis testigos míos”, seréis Yo allá donde vayáis.
¿Qué significa ser persona? En este programa de «Entre Profesionales» dedicado a «La persona: sus derechos y su dignidad», el Dr. José Carlos Abellán Salort –profesor de Bioética y Derecho en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid– indaga en la realidad personal del ser humano, que es un ser libre. Explicando desde la historia y la etimología la palabra «persona», profundiza en su dignidad innata, que conlleva unos derechos humanos. Todo ser humano tiene la misma dignidad –desde su concepción hasta su fallecimiento– por el hecho de ser una persona, y unos derechos que tienen que ser defendidos y protegidos.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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