Compartiendo a Jesucristo: Hoy ha llegado la salvación a esta casa
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«El Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido».
«El Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido».
Nació cerca de Lyon el año 1786. Tuvo que superar muchas dificultades para llegar por fin a ordenarse sacerdote. Se le confió la parroquia de Ars, en la diócesis de Belley, y el santo, con una activa predicación, con la mortificación, la oración y la caridad, la gobernó, y promovió de un modo admirable su adelanto espiritual. Estaba dotado de unas cualidades extraordinarias como confesor, lo cual hacía que los fieles acudiesen a él de todas partes, para escuchar sus santos consejos. Murió el año 1859.
Nació al este de Francia en el año 1811, se dedicó a la cura pastoral, ingresando más tarde en la Compañía de María. Fundó varias congregaciones dedicadas a promover el culto eucarístico y el amor a la sagrada Eucaristía.
«Si me matan será ante mi Madre». Así de entregados en las manos de la Virgen María viven los sacerdotes de Burkina Faso. Ellos, junto a toda su grey, viven una auténtica persecución a manos de la Yihad desde hace años. El P. Wenceslao Belem, sacerdote diocesano burkinés, nos cuenta en «Tras las Huellas del Nazareno» la situación de precariedad, miedo y a la vez amor heroico a la fe en Cristo de todo un pueblo. El P. Wenceslao nos cuenta la situación de martirio que viven los sacerdotes, algunos incluso amigos muy cercanos, que aún siguen secuestrados o han sido martirizados. Vibra con la fuerza de los que viven y mueren por Jesucristo en nuestros días en «Tras las Huellas del Nazareno».
D. Carlos Bou Aliaga es sacerdote de la Archidiócesis de Valencia, y, actualmente, capellán de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Es además Consiliario de la Comunidad Puerta del Cielo de Fe y Luz, formada por familias cristianas que quieren vivir la fe con sus hijos, en familia. De esto ha venido a hablarnos, de esta comunidad nacida en Francia, fruto del deseo de ayudar a la persona con discapacidad mental a encontrar su sitio en el seno de la Iglesia y de la sociedad, ayudando a toda su familia.
La historia se remonta a la primera mitad del siglo XVII, cuando una mujer joven, indígena y pobre, a quien se ha llamado Juana Pereira, al caminar por el bosque, descubre una pequeña imagen de la Virgen, sencillamente tallada en una piedra oscura, visiblemente colocada sobre una gran roca en la vereda del camino. Al principio se le dio a la imagen el nombre de Virgen Morena por su apariencia, aunque finalmente decidieron poner a la imagen el título de Nuestra Señora de los Ángeles, por habérsela encontrado un 2 de Agosto, cuando la Orden Franciscana venera a su Patrona como Santa María de los Ángeles.
Mariana proviene de una familia argentina exiliada por razones políticas. Nace en Ibiza y su familia no la educa para nada en la fe, aunque sí recibió el bautismo. Su padre les opuso al catolicismo y ella creció fuera de la fe. Durante su adolescencia y juventud sentía una tristeza que no podía evadir y una sed de verdad. En su búsqueda se encontrará con la Nueva Era, pero advertirá que esa ideología no tiene la respuesta a su vacío y no lleva a la verdad. Descubre cómo a través de un retiro se encontrará con Dios.
«Pon a Cristo en el centro».
¿Cómo hemos llegado a esta confusión con la identidad sexual que vivimos actualmente? ¿Es cierto que hombre y mujer pueden llegar a ser iguales físicamente? ¿Qué consecuencias trae para el ser humano manipular su biología? A estas y otras cuestiones relacionadas con la identidad sexual nos responderá, en este programa de «Un ancla en la tormenta» dedicado a «La identidad sexual», Dña. María Solano Altaba, decana de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo. Para llegar a comprender cómo hemos llegado a este punto, Dña. María comienza con dos elementos fundamentales: la cuestión biológica y la cuestión educativa.
Nació cerca de Nápoles (Italia) en 1696; obtuvo el grado de doctor en ambos derechos, civil y canónico, con notas sobresalientes en todos sus estudios. Estuvo 8 años ejerciendo su profesión, todos los casos que defendía los ganaba, menos uno debido a injusticias y mentiras. Fundó la Congregación llamada del Santísimo Redentor para que siguieran su obra. No perdió un instante por formar a los demás y por santificarse él. Murió en Pagani el 1 de agosto de 1787.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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