Cuarenta días cerca de Jesús: Sábado Santo
- Categoría: 40 días cerca de Jesús
«Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos».
«Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos».
Fue uno de los más ilustres prelados y esclarecidos varones del siglo II. Los menologios griegos dan noticia de su condición episcopal y también Eusebio de Cesarea relata algo de su actividad al recogerlo en la Historia Eclesiástica como uno de los grandes hombres que contribuyeron a extender por el mundo el Evangelio. Dionisio dio ejemplo de todas las virtudes y brilló en él gran espíritu de sabiduría y prudencia. Acabó pacíficamente sus días el 8 de abril del año 180, según los menologios griegos.
«Fijaos en aquel que soportó la contradicción para que no desfallezcáis faltos de ánimo».
«Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde.»
Nació en Reims (Francia) el año 1651. Ordenado sacerdote, se dedicó por entero a la educación de la infancia y a la fundación de escuelas para los pobre. Constituyó una congregación, por cuya existencia hubo de soportar innumerables dificultades. Murió en Ruán el año 1719.
«Los amó hasta el extremo».
Nació en Francia, a principios del siglo XII. Fue educado en el monasterio benedictino de San Juan de los Prados donde su tío Hugo era abad y allí adquirió un notable caudal de virtudes y letras. Ordenado subdiácono obtuvo una canonjía en la colegiata de Santa Genoveva del Monte. Los clérigos de la colegiata habían decaído del fervor primitivo y la vida virtuosa de Guillermo les daba grima por lo que usaron distintas estratagemas para deshacerse de él. Ni la pobreza, ni la oposición de sus hermanos acostumbrados desde hacía años a la inobservancia, ni las terribles tentaciones del demonio, le hicieron desistir en su empeño de santidad y reforma. Murió santamente el 6 de abril de 1202 ó 1203, al amanecer del día glorioso de Pascua.
«Para acercarnos a Jesús hay que darlo todo».
«El Hijo del hombre no ha venido sino a servir y dar su vida en rescate por muchos».
«Esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, y a tu enviado, Jesucristo».
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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