10 minutos con Jesús: Con los brazos abiertos
- Categoría: 10 minutos con Jesús
«Y la única palabra que acertaba a decir era: gracias, gracias...»
«Y la única palabra que acertaba a decir era: gracias, gracias...»
«¡Habla menos y sé más santo!»
«Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré».
Mª Fernanda es una chica colombiana que desde muy pequeña siente el amor de Dios. Gracias a la invitación a un retiro con tan solo 7 años de edad, Mª Fernanda descubre al Señor. Comenzará a buscar su vocación, deseando y ofreciéndose a ser religiosa. Tras visitar varias congregaciones, escuchará al Señor decirle que es como una pieza de un puzzle que está intentando encajar en un hueco que no es el suyo. Esto le causará desilusión, pero a partir de ahí el Señor irá guiando su vida hasta mostrarle su verdadera vocación: el matrimonio. Descubre toda su historia en Cambio de Agujas.
«Dios busca al hombre cuando el hombre no busca a Dios…»
«Esta oración está dedicada a los que están muy preocupados por alguien a quien queréis y que en estos momentos quizá está lejos de Dios...»
María Álvarez de las Asturias es abogada especialista en derecho canónico matrimonial y fundadora del Instituto «Coincidir», que ofrece ayuda para la resolución de problemas en las relaciones personales y familiares. En este programa, habla acerca de las distintas etapas que se suceden en «El camino del amor», que empieza con el enamoramiento y puede llegar al matrimonio. Durante estas etapas, es importante saber lo que se está viviendo, porque las expresiones de cariño particular no son las mismas entre amigos, novios y esposos. Destaca la importancia del concepto «fidelidad», subrayando que la fidelidad no es una renuncia o una carga, sino la decisión de elegir a una persona para llegar con ella a nuestra realización en el amor.
«La vida cristiana es un combate sórdido, de todos los días, en el que nos va la vida...»
«La familia que reza unida, permanece unida…»
«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día».
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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