10 minutos con Jesús: San Manuel González
- Sección: Meditaciones-homilías
- Categoría: 10 minutos con Jesús
¿Qué busco cuando busco a Jesús?
¿Qué busco cuando busco a Jesús?
«Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado y veía todo con claridad».
«Tanto amó Dios al mundo que envío a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que han creído en Él». El P. Christopher Hartley, en «Palabras de vida desde la misión», nos exhorta a ser coherentes con nuestra vida cristiana, siendo luz para todos aquellos que nos vean y a no tener miedo de dar testimonio de nuestra fe, aunque fuese con nuestra vida, ya que eso es lo que hizo Cristo por nosotros.
¿Cómo puedo tener miedo si sé que Jesús está siempre conmigo?
«¿Por qué andáis discutiendo que no tenéis pan? ¿Aún no entendéis ni comprendéis? ¿Tenéis el corazón embotado? ¿Tenéis ojos y no veis, tenéis oídos y no oís? ¿No recordáis cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil?».
«Dejad que los niños se acerquen a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos».
Los cristianos no podemos separar la resurrección del Señor de su pasión y muerte. Esta es la idea principal que subraya el P. Christopher Hartley, en esta edición de «Palabras de vida desde la misión», añadiendo que un cristiano que no ama la cruz de Cristo no es un verdadero cristiano y nunca podrá gozar realmente de la resurrección, porque su fe es una fe vacía que solo se mueve por sentimentalismos.
La santidad consiste en hacer, por amor al Señor y a los demás, las cosas que tengo que hacer en cada momento.
En este programa de «Palabras de vida desde la misión», el P. Christopher Hartley, comentando el pasaje de los Hechos de los Apóstoles sobre la curación del tullido en el Templo, explica que si de verdad nosotros tuviéramos en nuestra vida en primer lugar a Cristo, haríamos señales y milagros.
El que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud».
«La gente comió hasta quedar saciada y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas».
¿Cómo no amar a un Dios que ha muerto y resucitado por amor a mí? Tenemos que amar al Señor y eso tiene que manifestarse en nuestras obras.
En esta homilía de «Palabras de vida desde la misión», el P. Christopher Hartley afirma que es una inmensa alegría saber que tengo un Dios que me acompaña, que me escucha, en el que puede descansar mi corazón. Cuando tengo una tribulación, mi corazón se inquieta hasta que oye su nombre en boca de Jesús y todo lo que antes era tristeza, se convierte en paz y alegría.
¡Es el Señor! Está vivo, está a tu lado, no te deja.
«Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y mirando al cielo, suspiró y le dijo: Effetá (esto es, "ábrete")».
La Resurrección del Señor nos enseña que la muerte no tiene la última palabra, sino que estamos llamados a vivir con Cristo por toda la eternidad.
¿Creo que Cristo está vivo, que ha resucitado? ¿Es el centro de mi vida? En este programa de «Palabras de vida desde la misión», el P. Christopher Hartley subraya que si de verdad me creyera que Cristo está vivo, mi corazón estaría lleno de entusiasmo, de un fuego que, al igual que a los discípulos, me llevaría a recorrer las calles anunciando que es verdad que ha resucitado.
«“Deja que se sacien primero los hijos. No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos”. Pero ella replicó: “Señor, pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños”. Él le contestó: “Anda, vete, que por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija”».
¿Por qué lloras? ¿Por qué estás triste? ¡Alégrate, Cristo ha resucitado!
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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