«El cristiano verdadero no se guía por lo que piensen los demás».
«Haznos, Señor, dignos de tanta entrega».
«Su misericordia es mayor que nuestros pecados».
«Seamos Evangelios vivientes para nuestros prójimos».
«Del deseo de ser alabado, líbrame Señor».
«Para cuando llegue el día del juicio final podamos verte cara a cara».
«El amor a Jesús es el auténtico premio, el tesoro escondido».
«El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».
«Nuestra Madre, La Reina».
«Seamos enamorados apasionados de Dios y no solo cumplidores».
«Nadie conoce el día ni la hora. Que el Señor encuentre nuestras almas en gracia».
«El cambio se da desde el corazón».
«Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».
«Pidamos al Señor luz para saber darnos con generosidad».
«Te hablaré al corazón y tú me responderás».
«No dejemos de trabajar por los bienes de la vida eterna».
«No estás solo, Jesús siempre te acompaña».
«Que nuestro cuerpo sea verdaderamente templo vivo del Espíritu Santo».
«¿Para quién es mi vida?».
«Abandónate en sus manos».
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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