10 minutos con Jesús: No te entierres
- Sección: Meditaciones-homilías
- Categoría: 10 minutos con Jesús
«No te compares».
«No te compares».
«Cuantos le tocaban quedaban curados».
Según la tradición, a mediados del siglo XIII, en el corazón de Extremadura, un pastor, recontando el ganado a la hora del encierro, echó de menos una vaca. Partió a buscarla y después de tres días, encontró la vaca muerta pero intacta, respetada por las fieras. Sacó de la vaina un cuchillo y se dispuso a desollarla. Comenzó, según costumbre, haciéndole en el pecho dos incisiones en forma de cruz. Y entonces... El pastor vio a Santa María que le dijo: “Ve a comunicar a los clérigos de Cáceres que en el sitio donde yace tu vaca hay enterrada una gloriosa imagen mía. Quiero la desentierren, le erijan una capilla y le tributen el culto debido, porque mediante ella yo derramaré misericordia”.
«Es Jesús quien sale a nuestro encuentro».
Nació en Skopje en 1910, de padres albaneses. Habiendo viajado como misionera a la India, trabajó muchos años como profesora antes de sentir la “llamada dentro de la llamada” a saciar la sed de amor de Jesús y de salvar las almas, fundando las Misioneras de la Caridad. Experimentó una profunda unión con Jesús en su Pasión y sirvió con alegría a Jesús “bajo la dolorosa semblanza de los más pobres entre los pobres”. Se convirtió en un símbolo internacional del amor de Dios y en una verdadera madre para todos los no amados y los desheredados. Murió el 5 de septiembre de 1997 en Calcuta, donde está enterrada.
Santa Rosalía fue una noble virgen y eremita del siglo XII muy venerada en toda Sicilia y en Palermo (Italia), ciudad de la cual es patrona. Según la tradición de la Iglesia fue una mujer que vivió en soledad, pobreza y penitencia. También se le atribuyen numerosos milagros, especialmente la extinción de la peste que en su época asolaba el condado de Sicilia.
San Marino, cantero en Rimini del siglo IV, tuvo la inspiración de ser eremita. Sobre su tumba, nació la ciudad que lleva su nombre.
San Marcelo, es uno de los mártires de Lyon del año 177. Le mataron por no querer participar en una celebración con ritos paganos.
«En tu palabra, echaré las redes».
Nació en Roma hacia el año 540. Desempeñó primero diversos cargos públicos, y llegó luego a ser prefecto de la Urbe. Más tarde, se dedicó a la vida monástica, fue ordenado diácono y nombrado legado pontificio en Constantinopla. El día 3 de septiembre del año 590 fue elegido papa, cargo que ejerció como verdadero pastor, en su modo de gobernar, en su ayuda a los pobres, en la propagación y consolidación de la fe. Tiene escritas muchas obras sobre teología moral y dogmática. Murió el día 12 de marzo del año 604.
Fue un joven que anduvo entre dos frentes: el de la lucha y la soledad. Había nacido en la parte sur de Francia, en Narbona cuando mediaba el siglo III. En la ciudad de Palermo, Italia, lo ordenaron de sacerdote, debido a su predicación y a sus dotes, entre las cuales se destacaba la santidad de vida personal y su irradiación a los demás. Volvió a Francia a una región en la que reinaba su tío Teodorico, que al enterarse de que su sobrino era cristiano, lo mandó prender y durante siete días no le dio alimento ni bebida. Al morir este, Antolín quedó libre, pero su sucesor Galacio, lo metió de nuevo en la cárcel y mandó que le tiraran al río Aregia.
«Dame una fe como la tuya, madre mía».
Ana comparte en este «Testigos de la esperanza» no solo su conversión, sino su felicidad, y esto a pesar de que le acompaña el sufrimiento de una enfermedad incurable. Pertenece al Camino Neocatecumenal y desde muy pequeña la fe era parte de su vida. El Señor empezó la purificación de su corazón a los dieciséis años. Enferma a partir de esa edad, los médicos no descubrían el mal que estaba acabando con la salud de Ana. En medio de tanto dolor, Ana empezó a dudar de la bondad de Dios. Llegó a pensar que su vida no tenía sentido y entró en una depresión profunda. Una experiencia le permitió volver a creer en la Palabra de Dios, la puso en práctica y el Señor poco a poco fue convirtiendo su vida. Ahora da muchas gracias a Dios y no teme morir, porque el paso de esta vida a la otra es para estar eternamente con Aquel que nos ama de verdad.
«¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma?».
Él fue quien guió al pueblo elegido después de Moisés y, junto con Calé, lo hizo entrar en la Tierra Prometida. Nació en Egipto durante la esclavitud de los hebreos, alrededor de 20 años antes del Éxodo. La gran confianza que Josué tenía en Dios, le hizo clamar contra la infidelidad y perfidia de los otros. De su santidad da testimonio la Sagrada Escritura que dice de él que "fue hombre de espíritu, que siempre anduvo en pos del Omnipotente, y en los días de Moisés mostró piedad y no se apartaba del Tabernáculo". Josué murió de ciento diez años y fue sepultado en la ciudad de Tamnasaret. El Martirologio Romano lo menciona así: San Josué, hijo de Nun, siervo del Señor.
«Es posible enfrentar la muerte con alegría».
Nació en Lérida en 1204. El apodo de nonato se explica porque Ramón fue sacado del seno materno cuando su madre ya estaba muerta. Tuvo una tierna devoción a la Virgen e ingresó joven en la Orden de la Merced, dedicada a la redención de cautivos. Fue designado para ir a África a redimir cautivos, por lo que pudo fortalecerles en la fe y consolarles. Cuando faltó la limosna para la redimir cautivos, él se quedó de rehén. Su predicación era tan efectiva con moros y judíos, que lo apalearon, lo encarcelaron y le cerraron los labios con un candado. Cuando en agosto de 1240 se dirigía a Roma, llamado por el Papa, le asaltó la muerte. Como no había quien pudiera administrarle el viático, el mismo Jesús se le dio en comunión.
«El cristiano verdadero no se guía por lo que piensen los demás».
Nació en Francia el 25 de octubre de 1792. Desde pequeña conoció la pobreza, lo que la hizo ayudar al sostenimiento de su hogar. En 1839 se encontró con una pobre anciana a la que llevó a su casa y acostó en su cama. Así comenzó la Congregación de las Hermanitas de los pobres, dedicadas al cuidado de los ancianos más pobres. La beata Juan Jugan veía a los ancianos con una mirada cargada de amor, reconociendo en ellos la persona del Señor. Murió el 29 de agosto de 1879.
«Haznos, Señor, dignos de tanta entrega».
San Juan es el único santo de quien la Iglesia conmemora el nacimiento y la muerte.Juan Bautista, el Precursor del Señor, era hijo de Santa Isabel y Zacarías. Nació de forma milagrosa, pues sus padres eran ya mayores cuando fue engendrado. Al recibir la visita del Señor en el seno de la Santísima Virgen, Juan saltó de gozo en el seno de Santa Isabel.Pasó años en el desierto en una vida de oración y penitencia.Juan Bautista era un gran profeta, que denunció con valentía el adulterio e incesto de Herodes con su cuñada Herodías,lo que le costó el martirio.
«Su misericordia es mayor que nuestros pecados».
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
Más información aquí.