La llamada "¡Ven y sígueme!"
- Categoría: Don David Calahorra
Don David Calahorra explica que Dios tiene un plan para cada uno y que la llamada al sacerdocio es una llamada de amor en la que Dios pide ser como Cristo, ser otro Cristo.

"El sacerdote" te quiere ayudar a comprender la grandeza del ministerio que Dios ha confiado a algunos hombres que Él mismo ha elegido, para prolongar su misión en el mundo.
"El mismo Señor, para que los fieles se fundieran en un solo cuerpo [...], entre ellos constituyó a algunos ministros, para ofrecer el sacrificio y perdonar los pecados, y desempeñar públicamente, en nombre de Cristo, la función sacerdotal en favor de los hombres" (Presbyterorum Ordinis, nº 2).
Desde niño, el P. José María Alsina Casanova sintió una fuerte atracción hacia el Señor y un profundo deseo de pertenecerle a Él. A los doce años, a raíz de la enfermedad de su hermana, se ofreció a la Virgen para ser sacerdote a cambio de la curación de su hermana. Su entrega fue acogida por el Señor y Nuestra Madre y, pocos años después, con dieciocho años, entró en el seminario. El P. José María nos cuenta que es el amor de Dios el que llena nuestras vidas y que la misión de cada sacerdote es llevar ese mismo amor a las almas.
Don David Calahorra explica que Dios tiene un plan para cada uno y que la llamada al sacerdocio es una llamada de amor en la que Dios pide ser como Cristo, ser otro Cristo.
Don David Calahorra nos habla de cómo el Sacerdote está llamado a vivir con Cristo e identificarse con Cristo. Comparte la experiencia del día de su ordenación y la grandeza del sacramento recibido.
Don David Calahorra nos habla de la institución del sacramento del Orden, que se encuentra inseparablemente unido al misterio eucarístico. No se entiende el sacerdocio sin la Eucaristía ni la Eucaristía sin el sacerdocio.
Don David Calahorra habla de Cristo sacerdote y explica que el sacerdocio es el amor del corazón de Cristo, por lo que todo sacerdote está llamado a la identificación con Él.
"El sacerdote" te quiere ayudar a comprender la grandeza del ministerio que Dios ha confiado a algunos hombres que Él mismo ha elegido, para prolongar su misión en el mundo.
"El mismo Señor, para que los fieles se fundieran en un solo cuerpo [...], entre ellos constituyó a algunos ministros, para ofrecer el sacrificio y perdonar los pecados, y desempeñar públicamente, en nombre de Cristo, la función sacerdotal en favor de los hombres" (Presbyterorum Ordinis, nº 2).
Las palabras del Evangelio son una llamada a no tener miedo. «Mi misión —dice D. Juan Cerrato Ponce, sacerdote de la Diócesis de Getafe (Madrid)— es llevar a Dios tanto a las personas que están dentro de la Iglesia de la que soy párroco, como también a los de fuera. Porque el de fuera también está necesitado de Dios, aunque él no lo sepa». Tenemos que confiar, trabajar y llevarle a Él. Nunca nos pedirá empresas que no podamos realizar.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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