10 minutos con Jesús: Un Dios enfermero
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El Señor, que es un Dios justo y misericordioso, sabe mejor que nosotros lo que nos conviene, tenemos que confiar en Él.
El Señor, que es un Dios justo y misericordioso, sabe mejor que nosotros lo que nos conviene, tenemos que confiar en Él.
En este programa de «Palabras de vida desde la misión», el P. Christopher Hartley, nos advierte que si realmente estuviéramos enamorados de Jesucristo, no tendríamos miedo de testimoniarlo y de vivir conforme al Evangelio; y pone el ejemplo de San Pablo, que profesaba un amor muy profundo a los filipenses por la unión de sus corazones en Cristo.
«Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre».
Un príncipe persa salió con un visir a recorrer el desierto para cumplir una misión que le había encomendado su padre con el fin de que aprendiera a gobernarse a sí mismo y lograr así el conocimiento suficiente para gobernar el país. Muchas cosas sucedieron que no puedo contar para no extendernos mucho, pero si las quieres conocer, ¡escucha este cuento y aprenderás cosas que a lo mejor ya sabías, pero que siempre es bueno recordar!
Jesús necesita almas que en silencio le escuchen; corazones que, olvidándose de sí mismos, le adoren y amen con locura.
No podemos hacer una distinción entre esta vida y la vida eterna, ya que la vida es Cristo y nosotros, los cristianos, le seguimos a Él, no a una idea. Además, debemos ir por el mundo no queriendo hacer grandes obras, que siempre estarán vacías, sino sembrando pequeñas semillas en el corazón de los hombres, pero que echarán tales raíces y se harán tan grandes que los hombres podrán asentarse en ellas, porque será Él quien las haga fructificar. ¡Escucha al P. Christopher Hartley, en «Palabras de vida desde la misión»!
En este programa de «Feminidad pura», Crystalina Evert cuenta una experiencia que tuvo durante una fiesta en la que, gracias a que decidió no beber alcohol, se dio cuenta de la falta de dignidad humana que puede llegar a haber durante estos momentos y cómo ella, a pesar de corroborarlo en cada fiesta, no era capaz de cambiar y escondía detrás del alcohol su insatisfacción e infelicidad.
«Cuando oréis, decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación”».
En esta edición de «Acompañando a Jesús», D. Sebastián García-Noblejas, explica que, a imitación del Maestro, sus seguidores tendremos que sufrir contrariedades, pero Dios se sirve de los obstáculos para purificar y engrandecer las vocaciones desde el principio. Ni la contradicción ni la calumnia han de apocar a los discípulos en su misión.
«Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu Señor».
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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